¿Sientes que tu celulitis te duele y no sabes por qué? Es frecuente considerar que la presencia de hoyuelos en los muslos y los glúteos es un problema exclusivamente estético. Pero en algunas ocasiones, la presencia de celulitis va asociada a síntomas como dolor intenso, inflamación y endurecimiento de las regiones corporales afectadas: la celulitis dolorosa.
La causa principal es que el proceso celulítico está comprimiendo algunas terminaciones nerviosas por lo que provoca dolor. La celulitis se produce ante un aumento del líquido acumulado en el tejido subcutáneo, que provoca que aumente el tamaño de los adipocitos (células grasas) y empeore la micro-circulación, afectando finalmente a la pérdida de elasticidad del tejido fibroso. Esto es común a los 3 tipos de celulitis que existen a grandes rasgos, pero luego cada una se caracteriza por tener una características que la definen. En este caso, hablamos de celulitis edematosa.
¿Qué tipo de celulitis es dolorosa?
La celulitis edematosa puede ser dolorosa. Este tipo de celulitis es consecuencia de una retención de líquidos y suele ir acompañada de insuficiencia venosa y linfática en los miembros inferiores (edemas, varices, calambres, pesadez, dolor...)
Este tipo de celulitis tiene una consistencia viscosa con nódulos y es dolorosa al tacto, pero incluso puede llegar a doler espontáneamente.
La "piel de naranja" se aprecia al pellizcar las zonas, o contraer los glúteos por ejemplo. La celulitis edematosa se localiza principalmente en las extremidades inferiores (muslos y rodillas), pero la parte más afectada es la parte inferior de las piernas, que suelen hincharse.
- la falta de descanso nocturno.
- el estrés: produce un desequilibrio en determinados neurotransmisores del sistema nervioso central.
- el sedentarismo: mantener la misma postura de pie o sentada durante periodos de tiempo prolongados afecta al sistema circulatorio.
- la presencia de una alimentación no equilibrada.
- Llevar prendas de ropa demasiado ajustada o tacones altos.
- Sobrepeso u obesidad: La celulitis edematosa generalmente se acompaña de obesidad. La obesidad y sobrepeso se caracterizan por un aumento de grasa en el tejido subcutáneo, haciendo que las células adiposas interfieren con el intercambio intersticial y micro circulatorio normal.
Además, este tipo de celulitis está asociada a un mal funcionamiento de los sistemas circulatorio y linfático. Este último trabaja paralelamente al sistema circulatorio, pero, a diferencia de él no posee un mecanismo que le permita trabajar de manera independiente (No tiene un corazón que le ayude a movilizar los líquidos que debe transportar)
Por tanto, si la circulación sanguínea tiene problemas, también se verá afectado el sistema linfático, pues no recibirá el impulso que necesita para trabajar eficientemente y, por lo tanto, el tránsito de los líquidos y toxinas se hará cada vez más lento, es decir, las sustancias de desecho que transporta el sistema linfático no pueden ser eliminadas por las vías naturales, por lo que se espesan y estancan en los tejidos, formando la molesta celulitis. Este proceso defectuoso se conoce como retención de líquidos.
En el caso de la celulitis edematosa esta retención se vuelve viscosa.
¿Cuál es el mejor tratamiento para la celulitis dolorosa?
Existen unos factores que son fáciles de aplicar, con un poco de voluntad:
- Dietéticos: Una alimentación no equilibrada en la que predominan las grasas y carbohidratos produce un aumento de insulina que favorece el acúmulo de grasa. Además, el exceso de sal y alimentos ricos en sodio producen retención de líquidos. La escasa ingesta de fibra produce estreñimiento y aumenta la resistencia venosa de las venas en las piernas, lo que influye negativamente en la circulación. También es importante beber lo necesario para tener una hidratación adecuada. Hay que evitar la comida precocinada, rápida, la "fritanga", alimentos ricos en azúcares o sal, bebidas alcohólicas entre otros.
- Estilo de Vida: la falta de ejercicio físico favorece la aparición de la celulitis dolorosa. Evitar actividades que dificulten la circulación (estar sentado o de pie en la misma posición muchas horas). También puede afectar el uso de tacones altos y finos, ropa muy ajustadas... se puede ir guapa y cómoda para el día a día.
- Psicológicos: trastornos afectivos, el estrés, la ansiedad, la depresión o el nerviosismo puede provocar un desequilibrio capaz de provocar alteraciones vasculares periféricas, que dificulten la eliminación de agua y sustancias de deshecho de los tejidos y favorecer el desarrollo de la celulitis.
- Sobrepeso: Si el dolor ya ha aparecido, puede ser que la celulitis esté acompañada de un sobrepeso y sea la combinación de ambos lo que provoca que las terminaciones nerviosas se vean comprimidas y, como consecuencia, se origine dolor. Dieta saludable y ejercicio nos ayudarán a mejorar este aspecto, de vital importancia también para nuestra salud general.
- Tabaquismo: Aumenta los radicales libres y reduce los sistemas antioxidantes. Disminuye la velocidad de la micro-circulación, lo que provoca lipogénesis e hipoxia cutánea, agravando la celulitis.
Adoptar hábitos de vida saludable: ¿es suficiente para eliminar la celulitis edematosa?
En algunos casos puede ser suficiente si se es constante, pero una vez aparece y sobre todo si la causa es genética, es más complicada de tratar.
Si existe una predisposición genética, sería recomendable una valoración médica, porque puede ser necesario aplicar tratamientos como la mesoterapia y las ondas de choque o incluso, la liposucción.
Tratamientos NO invasivos y CONSTANCIA, la clave en la lucha contra la celulitis que produce dolor
La ciencia avanza, y lo hace escuchando las inquietudes, en este caso de las mujeres, por lo que se desarrollaran tratamientos no invasivos, ofreciendo la posibilidad de mejorar e incluso eliminar eficazmente los hoyuelos de la celulitis.
Para evitar la aparición de dolor con la celulitis es fundamental intentar mejorar el estado de la celulitis y evitar su agravamiento. Para mejorar este estado, es altamente recomendable seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico, tomar alimentos ricos en fibra reduciendo la ingesta de grasas saturadas y aumentando la dieta de contenido proteico con el fin de aumentar la calidad de vida de la persona, facilitar la pérdida de peso y mejorar el estado del tejido adiposo.