Una cuestión genética
Parece muy injusto que nos toque a las mujeres tener celulitis, y a los hombres no, pero es una cuestión genética contra la que no podemos hacer nada. ¡Nuestro cuerpo es así!
Es curioso, pero no llevamos tantos años de evolución desde las primeras mujeres prehistóricas. En esa época se pasaban grandes periodos de carencia, por lo que el cuerpo acumulaba grasa como método de supervivencia, especialmente las mujeres por su papel clave en la supervivencia de la especie. Si las mujeres no podían tener y criar bebés, la especie se extinguiría sin remedio. Necesitaban reservas para alimentar al feto durante el embarazo y alimentar a sus bebes lactantes.
Hoy en día, en la mayoría de países no existe la necesidad de acumular grasa como reserva, pero genéticamente el cuerpo sigue acumulándola. Por eso la celulitis se pueden tener también mujeres delgadas. No es una cuestión de sobrepeso, sino que tiene un gran componente genético.
Y por este motivo los hombres no tienen celulitis, nunca han tenido que dar el pecho a sus bebés, ni quedarse embarazados. Esa es una parte preciosa que se pierden, pero no tienen celulitis (salvo algún caso por exceso de estrógenos, lo que no es nada habitual). De hecho, la forma de la grasa subcutánea de hombres y mujeres es totalmente diferente.
¿Qué hace que la piel del hombre sea tan diferente al de la mujer?
En las mujeres la capa de grasa subcutánea está organizada en cámaras verticales y por lo tanto permiten acumular más grasa que en caso del hombre, cuyas cámaras están organizadas en unidades pequeñas y diagonales. Vamos, que el hombre acumula menos grasa y no permite que se forme celulitis.
¿Cómo se forma la celulitis en las mujeres?
- Las células adiposas se hinchan.
- Las paredes capilares se hacen excesivamente permeable y causan acumulación localizada del fluido.
- El drenaje linfático insuficiente disminuye la velocidad de fluido excesivo removible (retención de toxinas).
- Las células adiposas se agrupan y son atadas por las fibras de colágeno, impidiendo el flujo de sangre.
- Las fibras de tejido conectivo se endurecen y contraen, y tiran hacía abajo.
Una vez que empieza es como un círculo vicioso que va empeorando y degenerando. El ejercicio y las dietas no la eliminan, que hay que actuar directamente sobre estas causas, rompiendo las células grasas y movilizando las toxinas. Así se recuperará r la piel lisa y sin efecto acolchado.